Un alud es el desprendimiento de una masa de nieve con unas dimensiones y recorrido variables que se pone en movimiento bajo la acción de la gravedad. La velocidad del desplazamiento suele oscilar entre 50km/h y 300 Km/h. También se le conoce como avalancha.
¿Por qué se produce un alud?
Los aludes puede producirse por causas internas, es decir, el manto de nieve no es homogéneo y el propio peso de la nieve facilita que se deslice con menor o mayor magnitud.
También puede ser consecuencia de causas externas o accidentales, por ejemplo vibraciones ocasionadas por la caída de rocas o bloques de nieve o incluso un árbol, también el hecho de aumentar la temperatura al provocar el deshielo.
La actividad humana también puede provocar un alud, ya que el peso de un hombre al pasar por esta masa de nieve puede alterar el equilibrio de resistencia, provocando el alud.
Los geólogos diferencian entre 4 tipos de aludes:
- Aludes de nieve en polvo.
- Alud de nieve fresca húmeda.
- Alud de fondo.
- Alud de tablón.
Los primeros son los más comunes, caen a gran velocidad (hasta los 300km/h) y hacen mucho ruido.
Asimismo existe una Escala de Peligro de Aludes, usada en casi todo el mundo:
- Débil – 1/5.
- Limitado – 2/5.
- Notable – 3/5.
- Fuerte – 4/5.
- Muy Fuerte – 5/5.
Los aludes son muy peligrosos y suelen provocar víctimas en algunas ocasiones, por ejemplo un alud sepultó a 16 personas en una carretera de Tayikistán a 3.000 metros de altura. Tanto montañeros como esquiadores deben tener muchísimo cuidado al practicar sus respectivos deportes.
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