El número de personas que prefieren ver una serie de televisión en lugar de una película ha aumentado con los años. Da igual que sea en plataformas como netflix o HBOmax o webs como cuevana. Esto se debe a que la estructura narrativa de una serie puede proporcionar más valor de entretenimiento, y hay muchas razones que han contribuido a esta tendencia. He aquí seis razones por las que las series de televisión son tan populares:
Es fácil seguir una historia en serie
Me gustan las historias en serie. Son fáciles de seguir, y son mejores que otras cosas. Puedes elegir verlas en tu propio horario, y no tienes ninguna obligación si no las quieres; pero si las quieres, pueden ser realmente satisfactorias.
Hay muchas formas diferentes de contar una historia -hay novelas, películas, programas de televisión, cómics y juegos-, pero creo que lo que hace que una serie sea tan atractiva es que cada episodio se siente como algo propio en cierto modo (cada episodio tiene un principio, un medio y un final), pero también se construye hacia otro episodio o línea argumental más adelante (te involucras en los personajes). Es bueno que al final de un episodio ocurra algo que prepare otro episodio más adelante.
Los personajes principales son más conocidos que en las películas
Probablemente pienses que por la duración de una serie, vas a poder seguirla mejor que las películas. De hecho, eso es cierto para la mayoría de la gente. La razón principal es que cuando vemos una película, sólo podemos conocer muy bien a 2 o 3 personajes; por ejemplo, si estás viendo una película sobre una familia normal y corriente y hay 5 personas viviendo en su casa, entonces sólo podrás seguir la vida de una persona muy de cerca (quizás dos). Sin embargo, si estuviéramos hablando de una serie de televisión en la que cada personaje tiene más o menos el mismo tiempo en pantalla (lo que significa que todos tienen su propio argumento), entonces al menos la mitad de ellos serán personajes conocidos que se han desarrollado con el tiempo. Esto significa que, aunque haya muchas historias diferentes que tienen lugar a la vez en este programa/serie/temporada/etc., cada línea argumental individual tiene su propio principio y final para que los espectadores puedan entender fácilmente lo que sucede a continuación.
Además, son más fáciles de seguir que las películas debido a su corta duración y a sus líneas argumentales más centradas, lo que hace que las cosas se muevan bien a lo largo de cada episodio, a la vez que se ofrece una amplia oportunidad para el desarrollo de los personajes a lo largo de varias temporadas.
La mayoría de las series incluyen elementos de suspense
El suspenso es una sensación de incertidumbre o excitación sobre el resultado de algo. Es lo que hace que sigas mirando y esperando para ver lo que ocurre a continuación.
Las series son más imprevisibles que las películas, porque pueden estar formadas por muchos episodios que pueden verse en cualquier momento. Esto significa que hay menos posibilidades de saber cómo terminará cada uno antes de que lo haga. También suelen tener giros en la trama, lo que significa que la tensión aumenta a lo largo de la serie, pero vuelve a caer en algún momento antes de retomarla en otro episodio/temporada/etc. Esto nos mantiene interesados como espectadores mientras esperamos otro giro.
Las series son más populares porque son cómodas de ver
Nos gustan las series de televisión porque son cómodas de ver. Lo mejor de las series es que no tienes que esperar a ver cada episodio, sino que puedes ver varios episodios a la vez y continuarlos más tarde. Esto es especialmente útil si quieres seguir viendo donde lo dejaste sin tener que recordar lo que pasó en el episodio anterior.
Además, muchas series están disponibles en Netflix y otros servicios de streaming para poder acceder a ellas fácilmente desde cualquier lugar con conexión a Internet. También puede verlas sin conexión si es necesario, ya que muchos dispositivos permiten a los usuarios descargar el contenido en sus teléfonos o tabletas para verlo sin conexión.
Las series permiten establecer una relación con los personajes
Nuestras series de televisión favoritas tienen muchas cosas en común con nuestros libros y películas favoritos, pero ¿qué las hace tan especiales, sobre todo si las comparamos con otros formatos? Para empezar, nos permiten pasar tiempo con personajes que evolucionan con el tiempo. Esto es algo imposible de hacer en una película o incluso en un libro; no puedes ver a alguien crecer en la pantalla ni leerlo en el papel. Las series de televisión nos permiten acercarnos lo suficiente a los personajes como para entenderlos mejor de lo que podríamos hacerlo si sólo aparecieran en otro medio.
En cuanto a cómo afecta esto a tu relación con la propia historia: Cuando lees un libro o ves una película (o cualquier otra cosa), puedes meterte en la mente de cualquier personaje que se cruce en tu camino, pero sólo durante el tiempo que tardan en pronunciar sus líneas y salir del escenario a la derecha/izquierda/centro del escenario/etcétera. En series de televisión como Breaking Bad o Juego de Tronos, en las que hay varios protagonistas a lo largo de varias temporadas, tienes mucho más tiempo con cada persona implicada de lo habitual, y como no se trata precisamente de charlas ociosas sobre los patrones meteorológicos de su tierra natal (lo que daría lugar a una televisión aburrida), lo que se dice entre estas personas significa mucho más debido a su historia compartida.
Hay más espacio para la innovación en las series que en las películas
Una de las cosas más importantes que hay que tener en cuenta al comparar películas y series es que tienen objetivos diferentes. Mientras que una película se centra principalmente en contar una historia y crear una experiencia de entretenimiento para su público, las series también están destinadas a explorar temas e ideas con mayor profundidad. Por ello, hay más espacio para la innovación en los programas de televisión que en las películas.
Las series pueden explorar temas complejos como ninguna otra cosa porque tienen tiempo para el desarrollo de los personajes y los giros de la trama. También pueden profundizar en las relaciones entre los personajes porque hay más tiempo dedicado a cada episodio o temporada, y eso significa más oportunidades para el conflicto.
De hecho, muchas series de televisión se desarrollan a lo largo de varias temporadas (o incluso décadas), lo que permite a los guionistas establecer conflictos entre los personajes desde el principio (por ejemplo, The Office). Estos conflictos suelen intensificarse con el tiempo hasta que todas las partes implicadas reconocen los defectos de los demás, así como sus propios procesos de pensamiento defectuosos, pero esto no significa que la serie termine ahí.
Conclusión: La forma en que vemos la televisión es lo que está haciendo que las series sean tan populares en comparación con las películas
Entonces, ¿Por qué nos gustan las series de televisión? Es sencillo: son fáciles de seguir y nos resultan familiares. Cuando te acostumbras a un personaje o a una trama se vuelve más emocionante, y como siempre hay algo nuevo en los nuevos episodios, no caes en el aburrimiento. Las series también suelen ser más cómodas que las películas porque son más cortas y más fáciles de encontrar en Internet.
En la era de Netflix y Hulu Plus, en la que mucha gente ve sus programas favoritos en Internet en lugar de en la televisión por cable o por satélite (gastando menos en cable), es importante que su contenido esté disponible siempre que los espectadores lo deseen, y si eso significa asegurarse de que el contenido esté disponible en cualquier lugar con una conexión a Internet, que así sea.
Cuando los consumidores pasan menos tiempo en casa viendo la programación tradicional en directo, como las cadenas de televisión o las emisoras de noticias locales, las empresas han encontrado formas de evitarlo creando plataformas digitales como Netflix, que ofrecen una programación original basada en los gustos de los consumidores en lugar de basarse únicamente en la publicidad, como hacen los canales de televisión tradicionales hoy en día, para poder generar ingresos a través de las suscripciones en lugar de sólo la publicidad, algo que se denomina «cord cutting», debido sobre todo a las elevadas cuotas mensuales que cobran proveedores como Comcast Cable, que suponen un coste mucho mayor que el que cobran estos servicios, pero que siguen proporcionando un servicio de excelente calidad sin anuncios que interrumpan cada minuto (¡o peor aún!) a lo largo de todo un programa para que los espectadores no se pierdan ninguna parte durante su emisión».
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